viernes, 13 de febrero de 2009

  • LA SUPER ESTRUCTURA CULTURAL Y LA COLONIZACIÓN PEDAGÓGICA


 

"...Hay un solo plan que comprende varios planes... el
plan cultural ya ejecutado, restaurando en la totalidad de la prensa, en la Universidad, en la enseñanza media y primaria, la formación que viene desde Caseros, y se mantiene por el monopolio mitrista de los instrumentos de cultura, para que la deformación histórica se consolide, impidiendo la formación de una conciencia nacional
..."


 

ERNESTO JAURETCHE

Ejército y política. La patria grande y la patria chica.

Buenos Aires - 1984

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.... "La cultura, como se sabe, contiene en primer lugar la semisuma de experiencias de un pueblo. "Semisuma" porque no a todas las experiencias Jauretche las considera válidas. Así los pueblos van reteniendo experiencias y van descartando aquellas que no han mostrado valores significativos. La cultura, en síntesis, es un sistema de valores vitales que son "creados" o adoptados en el devenir y que constituyen como una segunda piel o plataforma sobre la que los miembros de esa comunidad cultural (pueblo) estructuran sus códigos de comunicación y sus símbolos de sostén subjetivos. Su base de lanzamiento, su palanca de potencia, su recurso básico desde el cual se construye y reconstruye.

Esta variable inmaterial era la clave esencial sobre la que operaba el neocolonialismo civilizatorio. Por eso Jauretche resalta y hace suyas las afirmaciones de Stranger - un imperialista alemán - , quien señalara:

"En las semicolonias que gozan estado político independiente decorado por la ficción jurídica la colonización pedagógica
deviene... esencial; pues no disponen de otra fuerza para asegurar la perpetuación del dominio imperialista, y ya es sabido que las ideas, en un cierto grado de evolución, se truecan en fuerzas materiales". La cacareada civilización, bandera de la modernidad, inhibía la lógica de las armas de fuego para dominar a los pueblos. La nueva estrategia tenía que ver con el dominio de la mentalidad de los pueblos.

Por eso Jauretche sin dejar la cuestión política le apunta muy especialmente los cañones de su inteligencia a los factores culturales. Intuye que por ahí se esconde una gran parte de las causas que nos impiden desarrollarnos como pueblo y realizarnos como nación.

Su enfoque realista profundo y desestructurador y su estilo desinhibido le permitía llamar a las cosas por su nombre, cerrándole el paso a las falsas verdades. Con la precisión de cirujano y la hondura de quien usa el análisis como estilete puso al descubierto lo que se ocultaba detrás del discurso colonizador. Encontró y mostró cómo la superestructura cultural
desarrollaba y modelaba la colonización pedagógica
a través de una red de axiomas que por un lado penetraban el sentido común, deformándolo, y por otro se aseguraban el poder sobre la voluntad y creatividad del nativo. Determinó que la clave del objetivo colonizador de esa pedagogía era
"impedir que el pensamiento nacional se elabore desde los hechos, desde la comprobación del buen sentido"

En su tarea de disección del meta mensaje omnipresente que corrompía la subjetividad colectiva fue encontrando patrones básicos del discurso colonizador. Afirmaciones y sofismas a los que, socarronamente, llamó "zonceras". Avisando sobre su naturaleza corrosiva, decía de estas:

"Su fuerza no está en el arte de la argumentación. Simplemente excluye la argumentación (o bien la tergiversa) actuando dogmáticamente mediante un axioma (que usa como premisa del argumento) introducido en la inteligencia (del que escucha), y su eficacia no depende, por lo tanto, de la habilidad en la discusión como de que no haya discusión, porque en cuanto el zonzo analiza la zoncera, dejar de ser zonzo".

Y en igual sentido pero, en otro plano, las zonceras se hacen fuertes en la boca de dos grupos relevantes que operan en la realidad argentina: Los profetas del odio y el medio pelo. Los primeros, emisores, funcionaron como idiotas útiles correveidiles de la colonización pedagógica y los segundos, receptores, como difusores en los niveles medios de la sociedad. Unos dándole al discurso colonizador categorías "académicas", los otros vulgarizando y extendiendo el grado de influencia del discurso.

Los profetas del odio se complementan con él medio pelo, componen las dos riveras que materializan y facilitan el cauce ancho y torrentoso de la colonización pedagógica. Aquéllos por "calientaorejas" y mensajeros de adjetivaciones denigratorias hacia los argentinos y lo argentino, estos por tilingos que como loros repiten por boca de ganso lo

que aquéllos dicen. Denigración descalificatoria basada en el reduccionista y prejuicioso hecho de ser parte de esta nueva nación. Fenómeno descalificador que se verifica tanto por derecha como por izquierda y que coincide en una actitud crítica por parte de la intelectualidad, el mediopelo patricio y el nuevo mediopelo mercantilista.

Buhoneros despiadados que desprecian o toman peyorativamente todo lo que es realizado por argentinos. Condición y efecto que instala el clásico "palo porque bogas y palos porque no bogas", provocando en la sociedad argentina el síndrome del "gataflorismo". Causa-efecto uno "causa actuante"; el otro "efecto consecuente".

La superestructura cultural, polea principal de la colonización pedagógica, estratégicamente impone la madre de todas las zonceras: "civilización y barbarie". Los inteligentes y los tilingos, tres de las zonceras consecuentes: "Éste es un país de mierda", "la inferioridad del nativo"
y
"política criolla - política científica".

Esta combinación entre emisores cultos y receptores predispuestos establece un clima y un estado de cosas que hacen del buen sentido un bien más que escaso. Estos inteligentes y sus tontos seguidores son quienes tienen "la incapacidad de comprender la realidad porque esta se ha decretado negativa previamente".

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Extraído de la obra de JUAN CARLOS JORICA

"DE PUÑO Y LETRA - Pensamiento y vida de Arturo Jauretche"


 

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  • LA COLONIZACIÓN PEDAGÓGICA Y LA IDENTIDAD NACIONAL.
  • ¿HACIA UNA CULTURA UNIVERSAL...?

"... Dentro de los factores distorsionantes, en particular, interesa tener muy en cuenta los fenómenos y efectos del colonialismo y la colonización cultural. Fenómenos estos crecientes en primer plano en la realidad actual de la Argentina. Una aplicación sutil y sistemática de colonización pedagógica en un grado máximo de agresividad y sofisticada manipulación. Como se mostró en el primer capítulo, la omnipresencia de una política global supraestructural y externa, conducida por una elite para-institucional, se materializa a través de la aplicación sistemática de un proceso contracultural.

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La historia del occidente "civilizado", registra múltiples casos en los que la sutil arma de colonización por la cultura se ha mostrado más efectiva que cualquier otra, incluidas las de fuego. Simultáneamente, por razones obvias la historia de los pueblos-nación de la región tanto como la del continente africano, se encuentra saturada de estos procesos de dominación por la cultura en los que des-identidad es el objetivo privilegiado para alcanzar sus fines…


 

La identidad cultural como la identidad personal, son constituyentes esenciales del ser. El cuerpo superorgánico, como lo registra Sorokin, necesariamente va adquiriendo distintas identidades a partir de los contenidos que lo caracterizan. La identidad sociocultural tanto como la personal, lo anima, le da sentido y le brinda direccionalidad. Como el pensamiento y los ojos le permiten al hombre conducir su vida, los contenidos particulares de cada cultura les da a los pueblos la identidad de sentido y la voluntad de supervivencia y realización de sus fines comunes. Los qué, cómo y cuándo que acompañan al ver, juzgar y obrar. Tal determinación se origina de una trilogía de factores principales: la toma de decisión en cuanto a cómo enfocar la cuestión, a partir de cuáles alternativas y según un diagnóstico de circunstancias.

Con significativa mirada Scalabrini Ortiz detalló la identidad de los argentinos en su libro "Los ferrocarriles son del pueblo argentino". Que Francisco Pestanha en una nota digital reproduce reseñando lo más significativo del texto respecto a la cuestión de la identidad cultural argentina. Scalabrini consideraba que eran cuatro los pilares de la riqueza de esa conformación idientitaria:

  • El aislamiento;
  • La insularidad
  • La unidad territorial
    • La pluralidad de origen".

Resaltaba la condición de insularidad como hecho producido luego de darse la llegada invasiva del español en el tiempo de la conquista. Señalaba a que era "indispensable tomar en consideración los poderosos factores telúricos y étnicos que obran en el espíritu argentino para entenderlo y en cierta manera, universalizarlo en su comprensión…

Estamos en esta tierra como si estuviéramos en una Isla. Esa insularidad como la distancia que nos separa del hemisferio boreal, sin que nosotros lo sepamos influye en la definición de nuestro temperamento con un ahínco mucho más tenaz del que podría suponerse… parte no despreciable de la grandeza británica halló su raíz en el carácter insultar….. el asilamiento isleño tiene a dar a sus habitantes una homogeneidad difícil de alcanzar en los pueblos continentales y una solidaridad que se ajusta en la necesidad de resolver sin ayudas ajenas la eventualidad de los acontecimientos".

Agregando que: "La amalgama de aportes inmigratorios y de elementos primigenios de la tierra se acelera en esa inusitada unidad en que se funden sin esfuerzo el residente de larga data y el recién llegado que asiste con azoro a la transmutación de sus intimidades más celosas". Scalabrini utiliza la categoría de pueblos monógenos de origen homogéneos y multígenos, de orígenes plurales que han conformado, luego, culturas mestizas. En el caso argentino, lo que se destaca es el doble proceso.

Lo que se dio en un primer tiempo con la presencia con los rubios de la región y la llegada de los españoles; primer tiempo seguido por un largo período más de tres siglos de "aislamiento relativo" hasta la segunda mitad del siglos XIX, segunda inmigración. Período que en las categorías de Scalabrini significó experimentar un estado de "insularidad" en la que se forjó la calidad humana de la cultura de los argentinos.

En otro interesante trabajo se analiza la cuestión de la cultura y de la identidad cultural. De él se pueden resumir los siguientes conceptos: "En el siglo XIX numerosos intelectuales, al definir a la cultura en plural y señalar que contienen las diferentes formas de ver y vivir la vida por parte de los diferentes pueblos en el mundo, indirectamente reconocen la no existencia de una cultura universal."

La autora también incluía lo que señalaba T. S. Elliot en cuanto a que "la deliberada destrucción de otra cultura en conjunto es un daño irreparable, una acción tan malvada como el tratar a los seres humanos como animales… una cultura mundial que fuese una cultura uniforme no será en absoluto cultura. Tendríamos una humanidad deshumanizada"

Continúa afirmando que "El denominador común de la mayoría de las definiciones de cultura señalan que: la cultura es lo que le da vida al ser humano: sus tradiciones, costumbres fiestas, conocimientos, creencias y moral. Se podrá decir que la cultura tiene varias dimensiones y funciones sociales, generando un modo de vivir y cohesión social."

La autora reproduce también conceptos de Thierry Verles quien decía: "La cultura es algo vivo, compuesta tanto por elementos heredados del pasado como por influencias exteriores adoptadas y novedades inventadas localmente. La cultura tiene funciones sociales. Una de ellas es proporcionar una estimación de sí mismo, condición indispensable para cualquier desarrollo, sea éste persona o colectivo".

Sobre la identidad cultural la autora del trabajo dice: "El concepto de identidad cultural encierra un sentido de pertenencia a un grupo social con el cual se comparten rasgos culturales, como costumbres, valores y creencias. Aunque el concepto de identidad trascienda las fronteras, el origen de este concepto se encuentra frecuentemente vinculad a un territorio".

Agrega que según Gonzáles Varas "la identidad cultural de un pueblo viene definida históricamente a través de múltiples aspectos en los que se plasma su cultura, como la lengua, instrumento de comunicación entre los miembros de una comunidad, las relaciones sociales, ritos y ceremonias propias, o los comportamientos colectivos, esto es, los sistemas de valores y creencias. Un rasgo propio de estos elementos de identidad cultural es su carácter inmaterial y anónimo pues son productos de la colectividad". También hace referencia al documento del PNUD de 2005 (Pag. 62), encargado
por la UNESCO,
(1)
donde se señala al

preguntarse "¿Qué es la identidad? Es el sentido de pertenencia a una colectividad, a un sector social, a un grupo específico de referencia. Esta colectividad pueda estar generalmente localizada geográficamente, pero no necesariamente..."


 


 


 


 


 


 


 


 

 

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Notas: (1) El PNUD es el programa de las Naciones Unidas para el desarrollo

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  • EL DISCURSO UNICO EN BOCA DE LOS FUNCIONARIOS Y UNA ELITE DE DIFUSORES

 

"..Mientras que el conjunto de la sociedad se mueve condicionada por la metralla discursiva limitado para elaborar un discurso alternativo, quienes deberían servir en la tarea de neutralizar la situación, la dirigencia, los funcionarios y esa especial elite privilegiada por los medios de comunicación y los organismos internacionales, colaboran a favor del discurso único construyendo e instalando una especie de discurso publicitario difunde y legitima a los contenidos de lo culturalmente correcto.

Como ejemplo desde la marginalidad, con una mínima audiencia social por su aislamiento mediático, el sacerdote jesuita Alberto Altamira en una charla ante amigos contestaba a la consulta sobre "que tipo de cultura necesita una globalización - super-capitalista.". Sin rodeos señalaba que la única que le resulta funcional es aquella donde "cada uno sea el hominis lupus ( lobo del hombre) del otro.

Una cultura super individualista que configurara una selva darviniana. Una cultura que desconozca en absoluto todo sentimiento de solidaridad o amor por el otro. Ver en el otro sólo un "insumo para hacer ganancias". Desde este introito pasaba a mostrar que, "Así como una pila de ladrillos sin cemento no es una pared porque hasta una ráfaga de viento la puede voltear, un conjunto de seres humanos sin una cultura que los mantenga unidos no es una comunidad. Esto es lo que buscan los liberales y globalizadotes, destruir la comunidad, destruyendo la cultura que mantiene unidos a sus integrantes".

 

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